Por Javi Marrero
He decidido comenzar a realizar un análisis de las películas que me hayan tocado la vena cinéfila. Sí, esas películas de las que, por algunos fallos que tengan, sales con los pelos de punta, el alma llena y la cabeza dándote vueltas mientras te maravillas con lo que acabas de ver.
Y la primera serie que comentaré será la trilogía de Batman de Christopher Nolan, mi director favorito.
¿Quién es Batman? El archiconocido héroe enmascarado, vigilante nocturno y justiciero de Gotham de DC Comics. Ésa sería la respuesta fácil, ¿verdad? Y nos quedaríamos tan anchos, y a la hora de adaptar el personaje para la gran pantalla haríamos un bodrio apocalípticamente horrible como el que montó Joel Schumacher allá por los años 90. Y no queremos eso, no señor. El ejemplo a seguir es el de Chris Nolan, que se lo jugó todo por este personaje, lo hizo crecer, lo hizo caer y lo convirtió en leyenda.
Podría pasarme toda la entrada hablando de Batman y no acabaría, pues es tal la multidimensionalidad que se le ha dado al héroe del cómic que el blog sería interminable. Así que, como el director de Memento hizo, empecemos de forma lógica: desde el principio.
BATMAN BEGINS
País: Estados Unidos
Año: 2005
Duración: 134 minutos
Género: Acción, aventuras, thriller, suspense
Director: Christopher Nolan
Producción: Emma Thomas, Charles Roven, Larry Franco
Guión: Christopher Nolan, David S. Goyer.
Historia: David S. Goyer, basada en el personaje "Batman" de DC Comics (Bob Kane)
Intérpretes: Christian Bale (Bruce Wayne/Batman), Michael Caine (Alfred), Liam Neeson (Ducard), Katie Holmes (Rachel Dawes), Gary Oldman (Jim Gordon), Morgan Freeman (Lucius Fox) Cillian Murphy (Dr. Jonathan Crane/Espantapájaros), Tom Wilkinson (Carmine Falcone), Ken Watanabe (Ras' Al Ghul)
Música: Hans Zimmer, James Newton Howard
Fotografía: Wally Pfister
Montaje: Lee Smith
Vestuario: Lindy Hemming
Diseño de producción: Lindy Hemming
Un nuevo comienzo. Año 2005. Nuevo director, nuevos actores, nueva historia. Mismo héroe (o tal vez no tanto)
Bruce Wayne (Christian Bale) es el heredero de una adinerada familia de la
ciudad de Gotham. Fue testigo presencial de la muerte de sus padres cuando
es tan solo un niño. Mientras crece, ve como la injusticia y el crimen
aumentan cada día más a su alrededor, por lo que Bruce despierta en su
interior un ansia de luchar contra todo aquello que significa el mal
para él, para que nadie tenga que sufrir como lo ha hecho él por la
pérdida de sus padres. En su búsqueda hallará la forma de vencer todos
sus miedos y revestirse de los mismos hasta transformarlos en un símbolo
que usará contra sus enemigos. Batman acaba de nacer
El apartado técnico del filme está especialmente cuidado. La atmósfera pesada,
lúgubre y agobiante de Gotham se transmite a lo largo de casi toda la
película, acompasada con la presencia del vigilante nocturno. Y esto se
consigue con la banda sonora profunda y potente de Hans Zimmer, los planos
(medidos y cuidados hasta el más mínimo detalle) y la gran ambientación
que posee este título. Aún recuerdo la fuerte impresión que me dio esta
película hace ya más de siete años (tendría yo once) y todo lo que me
transmitió (mucho miedo y confusión, pero especialmente emoción y motivación). Hoy, con dieciocho,
sigo viendo esta película y me sigo sorprendiendo por la genialidad del
matiz realista de la historia contada.
Miedo: primer mal de Batman (y posiblemente, el mal que da lugar a todos
los demás). No es algo físico, ni tangible, pero existe. Está presente
en nuestras mentes y se extiende por todo nuestro cuerpo, disfrazándose de
símbolos, objetos, animales o seres humanos. Elementos de la realidad
que son capaces de meter tal desazón en nuestra alma que nos deja
indefensos y sin ninguna posibilidad de levantarnos. Ante esto, Bruce
Wayne se rebela. Aprende una lección muy importante: el miedo es parte
de nuestra naturaleza, nuestra alma, nuestro ser. Y hay que vivir con
él, vencerlo, domarlo...usarlo.
El murciélago es el mayor miedo de Bruce, el símbolo de la muerte de sus
padres. Si no hubiera sentido miedo nunca habría pasado nada, y nunca
habría sentido miedo de no haberse caído al pozo. Es decir, el
murciélago representa los fallos de Bruce Wayne, sus mayores temores,
sus fracasos y sus pérdidas, la soledad. Y esto es terrorífico para él,
por lo que su mayor debilidad se convierte en su arma más poderosa. Deja
que la oscuridad le envuelva, permite que su miedo aflore y se acaba
adaptando a él, lo admite en su vida y lo acaba dominando. Y entonces
nace su alter ego: el Hombre Murciélago.
Mientras lucha contra criminales y corruptos, surge un enemigo que
pondrá a prueba la debilidad y fuerza de Batman: el Espantapájaros. Este psicópata utiliza un gas del miedo que es capaz de amilanar hasta al
mismo hombre murciélago. Será el causante de un caos mayor, al tratar de
utilizar el miedo como un arma, pero con otros fines muy distintos a
los del héroe, fines que surgen de la mente del villano principal en
esta película: R'as al Ghul.
Maestro y mentor contra pupilo. Duelo de cuerpo y mente. La prueba final
que tendrá que afrontar Bruce para ser digno de llevar el murciélago en
el pecho, señal de que ha conquistado sus miedos y, además, sus
pasiones. Y es que esta película no solo nos manda un mensaje acerca del
primer mal de Batman, sino también de su primera obsesión: el orden.
Orden frente al caos y el crimen, frente a los que atacan y amenazan y
los que finalmente matan y destruyen. ¿Dónde está la línea entre lo
moralmente justificable y lo no permisible? Porque algo por lo que
luchas de repente puede transformarte en un monstruo que no duda en
hacer lo que sea para lograr su objetivos
Miedo y orden. Mal y moral. Ambos conceptos dados de la mano,
personificados con los nombres de Espantapájaros y Ras al' Ghul. Ambos
villanos no son otra cosa que deformaciones del héroe, posibilidades nefastas para Batman si cediera a más oscuridad, cruzando el umbral del
terror u obsesionándose con el orden de la sociedad.
Pero no sucede así. El vigilante consigue el equilibrio entre la luz y
la oscuridad, aprende a usar la segunda para defender la primera Es un luchador del bien que pelea utilizando el mal. Y en ello radica su mayor virtud, en situarse en equilibrio al borde del abismo y mirar con ferocidad a los que tratan de caer en él. El héroe logra pasar su primera prueba
La leyenda acaba de comenzar
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